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A las 6 y pico

FÁBULA - 2

FÁBULA - 2 FÁBULA - 2

Tino manifestaba un deseo constante de entendimiento con todo clase de animales, menos con los perros, de los que dicía que, pese a ser el mejor amigo del hombre, también suelen ponerse locos y arremeten contra sus amos.

En esta ocasión venía empeñado en conseguir algo que nunca había podido lograr. Se trataba de dejar en libertad a un gorrión en el interior de la casa con intención de que regresara a la jaula para comer o beber, por su propia voluntad. Esto lo llegó a conseguir a plena satisfacción. Pero después de un largo periodo de adiestramiento, la siguiente prueba consistía en abrir las ventanas y lo dejaba volar a la calle, siempre con la esperanza de que volvería. Y aquí era donde le fallaban sus planes, porque ya lo había intentado varias veces y ninguno regresaba.

Después de cada intento, la paciencia era su aliada, y desde su puesto de observación esperaba horas tratando de descubrir la razón por lo que no se decidían a volver, o eliminaba obstáculos que pudieran impedir su regreso.

-¿Cuál será la clave secreta -se preguntaba Tino constantemente- para que una criatura obedezca ciegamente a otra sin sombras de recelo?

-Si no me obedece ¿será por miedo, será por desprecio, será porque no encuentra a mi lado el estímulo que le pueda retener?

-No, yo diría más bien -se contestaba- que todo obedece al hecho de recibir una educación adecuada desde los inicios de la vida.

Y al tiempo que abría la ventana y lo dejaba en libertad, le decía resignado:
-Si no vuelves, no te culpo, ni recrimino tu actitud: eso lo haría cualquier criatura que busca la libertad.
Mientras tanto, su diminuta figura desaparecía de su vista.

-Está claro –decía Tino- que la educación complementada con una buena dosis de disciplina, ausente de humillación, es el mejor medio para alcanzar los logros más insospechados.

Después de muchas pruebas y profundas reflexiones al respecto, los gorriones le hicieron comprender que la vida es algo más: La vida es vivir con sus luces y sombras sin miedo a la libertad. La vida es capacidad de decidir por sí solo sin esperar la mirada de aprobación del otro.

-Es evidente que me falta algo que nunca llegaré a lograr. Pero como tantas otras cosas en la vida -se reprochaba a sí mismo-, muchas veces es preferible renunciar a una manía, a un capricho, a un empeño; un deseo con visos de imposible, antes que malgastar nuestra vida y convertirnos en esclavos de una obsesión.
Goreño

4 comentarios

Goreño -

Gracias, amigos, Cerro, Nofret y White. Si me gustan las fábulas es por eso, porque escondidos detrás de un inocente animalito se pueden hacer reflexiones que en primera persona tal vez no encajarían. De momento tengo tres más para enviar. Un abrazo.

white -

Genial, si es que ya se sabe que de las fábulas se aprende. Me ha gustado mucho paisano

NOFRET -

Muy bueno, Goreño, a mí me ha gustado especialmente la reflexión final.

Cerro -

Una fábula digna de Esopo, Gore. Me ha gustado mucho y la reflexión que haces sobre educación y disciplina, es muy buena.

Un abrazo.